El Cachaco (eBook)

El Cachaco (eBook)

David Francisco Camargo Hernández
David Francisco Camargo Hernández
Prezzo:
€ 26,49
Compra EPUB
Prezzo:
€ 26,49
Compra EPUB

Formato

:
EPUB
Cloud: Scopri di più
Compatibilità: Tutti i dispositivi
Lingua: Spagnolo
Editore: DAFRA
Codice EAN: 9798232898113
Anno pubblicazione: 2025
Scopri QUI come leggere i tuoi eBook
Abbonati a Kobo Plus per avere accesso illimitato a migliaia di eBook

Note legali

NOTE LEGALI

a) Garanzia legale, Pagamenti, Consegne, Diritto di recesso
b) Informazioni sul prezzo
Il prezzo barrato corrisponde al prezzo di vendita al pubblico al lordo di IVA e al netto delle spese di spedizione
Il prezzo barrato dei libri italiani corrisponde al prezzo di copertina.
I libri in inglese di Libraccio sono di provenienza americana o inglese.
Libraccio riceve quotidianamente i prodotti dagli USA e dalla Gran Bretagna, pagandone i costi di importazione, spedizione in Italia ecc.
Il prezzo in EURO è fissato da Libraccio e, in alcuni casi, può discostarsi leggermente dal cambio dollaro/euro o sterlina/euro del giorno. Il prezzo che pagherai sarà quello in EURO al momento della conferma dell'ordine.
In ogni caso potrai verificare la convenienza dei nostri prezzi rispetto ad altri siti italiani e, in moltissimi casi, anche rispetto all'acquisto su siti americani o inglesi.
c) Disponibilità
I termini relativi alla disponibilità dei prodotti sono indicati nelle Condizioni generali di vendita.

Disponibilità immediata
L'articolo è immediatamente disponibile presso Libraccio e saremo in grado di procedere con la spedizione entro un giorno lavorativo.
Nota: La disponibilità prevista fa riferimento a singole disponibilità.

Disponibile in giorni o settimane (ad es. "3-5-10 giorni", "4-5 settimane" )
L'articolo sarà disponibile entro le tempistiche indicate, necessarie per ricevere l'articolo dai nostri fornitori e preparare la spedizione.
Nota: La disponibilità prevista fa riferimento a singole disponibilità.

Prenotazione libri scolastici
Il servizio ti permette di prenotare libri scolastici nuovi che risultano non disponibili al momento dell'acquisto.

Attualmente non disponibile
L'articolo sarà disponibile ma non sappiamo ancora quando. Inserisci la tua mail dalla scheda prodotto attivando il servizio Libraccio “avvisami” e sarai contattato quando sarà ordinabile.

Difficile reperibilità
Abbiamo dei problemi nel reperire il prodotto. Il fornitore non ci dà informazioni sulla sua reperibilità, ma se desideri comunque effettuare l'ordine, cercheremo di averlo nei tempi indicati. Se non sarà possibile, ti avvertiremo via e-mail e l'ordine verrà cancellato.
Chiudi

Descrizione

En los días en que Bogotá apenas aprendía a reconocerse entre montañas y contradicciones, apareció un término que, como casi todo en esta ciudad, nació envuelto en duda y orgullo: cachaco. Su origen, aún incierto, parece venir de alguna raíz indígena que viajó por las bocas de los españoles desde las Antillas hasta los Andes, adaptándose, sobreviviendo, mutando. Lo curioso es que su primera aparición conocida en la Nueva Granada no aludía precisamente a la elegancia: hacia 1833, el periódico El Cachaco de Bogotá, dirigido por Florentino González y Lorenzo María Lleras, usó el vocablo para referirse con ironía a los jóvenes liberales y civilistas que se rebelaban contra la dictadura de Rafael Urdaneta. Eran los mal vestidos, los idealistas, los que creían que con una corbata torcida también se podía cambiar el país. Pero el humor político tiene sus efectos secundarios: aquellos redactores, con más ingenio que ropa planchada, lograron lo impensable. Reivindicaron la palabra. Lo que comenzó como burla terminó convertido en símbolo de distinción. Para mediados del siglo XIX, ser cachaco ya no era sinónimo de desaliño, sino de refinamiento. Los mismos jóvenes que antes desafiaban el poder se transformaron en abogados, poetas y burócratas que discutían el libre comercio entre sorbos de café. Los antiguos rebeldes de saco gastado se convirtieron en el modelo del buen gusto bogotano: hombres de ideas ilustradas, defensores del verbo correcto, obsesionados con la compostura. Detrás de esa metamorfosis había un mensaje político disfrazado de elegancia. Quienes se apropiaron del término pertenecían a la élite que construiría el nuevo Estado y su imaginario cultural. Si los líderes del pensamiento, de la poesía y de la gramática se autodenominaban cachacos, el término no podía sino ascender en el escalafón simbólico. Ser cachaco pasó entonces de ser una posición ideológica a ser una actitud estética: la de mirar a Europa mientras se tomaba chocolate en la Candelaria, la de corregir una tilde con la misma seriedad con que se discutía la Constitución. El tiempo, como siempre, hizo de las suyas. Lo que comenzó siendo rebeldía terminó convertido en tradición, y el cachaco, aquel joven que agitó ideas liberales, acabó transformado en el guardián del decoro y la etiqueta. La elegancia se institucionalizó, el humor se volvió discreto y la ironía reemplazó la pasión. Así nació el mito del bogotano de porte sobrio, de palabra medida y de abrigo impecable. Aun así, sería un error creer que el cachaco pertenece solo a los apellidos capitalinos. Bogotá, desde sus orígenes, fue un mosaico de inmigrantes, de mestizos, de artesanos y soñadores. Las familias que dieron forma a su élite venían de todas partes: de Cartagena, del Socorro, de Cali. Quien hable hoy de "bogotanos puros" no hace sino exhibir una confusión pretenciosa; la capital nunca fue de sangre limpia, sino de mezcla brillante.